martes, 20 de noviembre de 2007

Orlando dice…

Reportado por Direccion de Comunicaciones Campaña MVM

Orlando dice…

LOS PROBLEMAS.- El gobierno tiene problemas, y parece no darse cuenta, puesto que sus últimas iniciativas no han encontrado eco en la población, a pesar de que intenta hacer el trabajo que le corresponde en atención a las circunstancias. Por ejemplo, su evaluación del desastre ocasionado por la tormenta Noel se quedó corta, y después de haber anunciado determinada suma de dinero para contrarrestar los daños al sector agropecuario, tuvo que corregirse sobre la marcha y reconocer que la apropiación de fondos para ese concepto debía ser mayor. Como habían recursos disponibles, aumentó la partida, pero políticamente dejó ver que sus cálculos no se ajustan a la realidad y que está improvisando en un asunto tan serio como la recuperación del país. El presidente Leonel Fernández pudo haberse dirigido a la nación al día siguiente del paso del fenómeno, sin entrar en detalles de lo ocurrido, y sólo diciendo que se preparaba un informe con el resultado de las indagatorias que se estaban haciendo. Lo que se necesitaba en ese momento era saber que el gobierno estaba atento a sus cartones. Cuando compareció ante las cámaras de televisión, la impresión fue que tenía todo bajo control y que restablecer la normalidad era cuestión de tiempo. Sin embargo, al paso de los días se tiene una idea contraria, y como la oposición se alimenta de carroña, se está aprovechando de los muertos.

EL CUADRO.- Lo que está en juego ahora no es la efectividad de las políticas del gobierno, como se debatía en época normal, sino la eficiencia de las autoridades para superar la actual situación de crisis. Los temas corrientes salieron de escena y ahora sólo preocupan los muertos ocasionados por las “enfermedades de pobre”, pues a las deficiencias conocidas en el campo de la salud, se agregan ahora las emergencias que se originaron por el paso de la tormenta Noel. Leptospirosis, dengue y mingococemia son padecimientos graves, y si se producen al mismo tiempo, el cuadro no puede ser más desolador. Las autoridades hacen esfuerzos, pero no se sienten, puesto que los pacientes crecen y los muertos aumentan. Hay que reconocer que el país no estaba preparado, y hay áreas en que no se puede inventar. Los actuales incumbentes, por tanto, deberán pagar las consecuencias de años de descuido y de inobservancia de las normas de salud. Si el gobierno se manejara con cábalas, tendría que resignarse ante su fatalismo, pero como su mayor afán es conservar el poder, tiene que luchar en condiciones muy adversas, pues sus oponentes no le van a permitir respiro. Las autoridades no pueden con los ratones, y la leptospirosis va a acabar con el país, a menos que Dios meta su mano. La oposición pudiera sentarse en el frente de su casa a ver pasar el cadáver del gobierno, pero al parecer no se convence de su agonía, y quisiera quitarle el ventilador para que muera más rápido por falta de oxígeno.

LAS VOCES.- Lo peor del gobierno es que a pesar de que no puede con sus responsabilidades, muchos de sus miembros tienen intereses particulares y hacen sus propias jugadas. El anuncio de la compra de las acciones de la Shell en la Refinería Dominicana de Petróleo no tuvo la repercusión que era previsible que tuviera en la opinión pública. Sin embargo, aparecen voces en el interior de la administración que señalan nuevos rumbos sin que se tenga claro el horizonte. Es el caso del embajador Miguel Mejía, que deviene en experto en abastecimiento de combustibles y que considera que el gobierno debe buscarse un socio para ampliar la empresa cuyo control todavía no tiene, y como si le hubieran preguntado, señala que ninguno mejor que Venezuela. Ese deseo complica más el panorama, pues sus declaraciones se producen al mismo tiempo que se informa que el presidente Leonel Fernández viajará a Cuba a una reunión de Petrocaribe, y que la ocasión servirá para asistir a la inauguración de una refinería construida bajo el esquema de ese acuerdo. Mejía dirá que si en Cuba se pudo, aquí también, sin atender a las implicaciones geopolíticas o de subordinación, puesto que está comprobado que Hugo Chávez tiene vocación imperial. Si no pudo el Rey de España callar a Chávez ¿podrá hacerlo un presidente cuyo país depende de su suministro de petróleo?

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